Enterrados en Madrid hace 9 millones de años
Fuente:
Teresa Guerrero | Madrid
Actualizado jueves 02/05/2013
La carne atraía a la carne. Seducidos por el olor de otros animales y
por el agua, cientos de carnívoros se adentraron en las cavidades
naturales que hoy conforman el yacimiento de Cerro de los Batallones,
en Torrejón de Velasco, al sur de Madrid. Incapaces de salir, tigres
con dientes de sable, hienas o felinos quedaron atrapados en estas
cuevas hace entre nueve y diez millones de años. Los herbívoros también
caían en la trampa, seguramente porque acudían aquí para beber agua o
bien de forma accidental.
Para sorpresa de los paleontólogos que comenzaron a excavar en este
yacimiento en 1991, los abundantes fósiles repartidos por nueve
cavidades se encuentran en un excelente estado de conservación. Incluso
han encontrado numerosos cráneos completos, piezas muy codiciadas ya que que por su fragilidad es muy difícil encontrarlas en buen estado.
Ahora, un estudio publicado en la revista PLOS ONE
ha reconstruido cómo era y cómo se formó Batallones-1, uno de los nueve
yacimientos que conforman el rico conjunto paleontológico Cerro de los
Batallones, declarado Bien de Interés Cultural en 2001 y cuyas
excavaciones dirige Jorge Morales.
El estudio, liderado por Soledad Domingo, que comenzó a excavar en el
Cerro de Batallones en 2005 y en la actualidad es investigadora de la
Universidad de Michigan, ha descartado que la muerte de estos animales se produjera en masa o fuera consecuencia de una catástrofe natural.
"Siempre que hay tal cantidad de individuos y restos en un yacimiento
no se puede dejar de barajar la hipótesis de la muerte en masa o
catastrófica", explica Soledad Domingo a EL MUNDO.
Recreación de la fauna que vivía en la zona que hoy es Madrid hace 9 millones de años/CSIC
Según relata desde EEUU, donde se trasladó en septiembre de 2010, si hubiera habido una mortalidad en masa, todos los rangos de edad estarían representados: "Nadie se salva de una catastrofe, ni viejos ni jóvenes ni los de mediana edad. Y esto no es lo que hemos visto en Batallones-1. Los dos tigres de dientes de sable están representados fundamentalmente por adultos jóvenes, y una mortalidad en masa no mataría selectivamente a un rango de edad como a éste, sino a todos", señala.
Acumulación de agua
El estudio, en el que ha participado el CSIC, detalla cómo en el
nivel inferior de Batallones-1 se han encontrado más de 80 individuos
pertenecientes a 10 especies de carnívoros, entre los que destacan los
dos tigres de dientes de sable, un anficiónido (un animal extinto con
características comunes al perro y al oso), una hiena primitiva, dos
felinos, un mustélido (parecido a un hurón) y dos mefítidos (de la
familia de las mofetas).
También hay herbívoros, que posiblemente cayeron en la trampa cuando buscaban agua o de forma accidental:
"Hay diferentes evidencias que señalan que había agua dentro de las
cavidades. Hay depósitos de carbonatos que contienen fósiles de flora y
fauna acuática. También hemos encontrado restos de vertebrados que
necesitan un medio acuático para vivir. El caso más evidente es la presencia de restos fósiles (y esqueletos completos) de peces", enumera.
La infiltración de agua en un terreno arcilloso, sumado al ambiente
cerrado de las cavidades, contribuyó a mantener en buen estado los
restos.
En el nivel superior hay una acumulación de fósiles en los que
predominan herbívoros como el caballo, el rinoceronte, el suido
(parecido al jabalí) o un pariente del elefante. Sin embargo, fueron prácticamente destruidos por los trabajos mineros que se hicieron en la zona hasta los años 90.
Soledad Domingo explica que, a pesar de que estos restos están por
encima del nivel de carnívoros y por lo tanto son más modernos, "las
faunas que encontramos son semejantes a las del nivel inferior por lo
que, hablando en términos de edades geológicas, este nivel superior
pertenece al mismo tiempo geológico que el inferior. Es decir, no hubo
tiempo para un recambio de fauna entre una asociación fósil y la otra".
La paleontóloga sostiene que este artículo es el primero que aborda
de una forma integral todo el estudio tafonómico del yacimiento de
Batallones-1, es decir, cómo se ha formado. "Teniendo en cuenta todas
las evidencias estudiadas hasta la fecha, por primera vez formula y
articula un escenario sólido de formación y funcionamiento de la
trampa", afirma.
Y es que, aunque ya son muchas las campañas de excavación en esta
antigua mina y las investigaciones publicadas sobre Cerro de los
Batallones, la investigadora considera que "este artículo era necesario
para explicar con todo el detalle y el mayor número de evidencias
posibles lo que sucedió para que en este yacimiento se hayan acumulado
tantos restos de carnívoros". Además, "se mencionan un número de
posibles hipótesis de formación que otros especialistas podrían formular
para este yacimiento. Damos predicciones para cada hipótesis y con los
datos proporcionamos el escenario más viable", añade.
Una antigua mina
Afortunadamente, el cese de la actividad minera en Torrejón de Velasco
permitió sacar a la luz los tesoros del que está considerado como uno
de los mejores yacimientos mundiales del Mioceno, tanto por la
abundancia de restos fósiles como por su estado de conservación:
"Después de excavar y leer artículos de otros yacimientos, lo que a mí
me parece muy distintivo es el buen estado de preservación general que
presentan los restos de Batallones-1 y de otros yacimientos del Cerro. Apenas se han encontrado marcas de ningún tipo (ni pisoteo, ni transporte, ni de exposición a la intemperie). Este estado de conservación tan bueno y la gran cantidad de restos esqueléticos representados es el que nos está permitiendo conocer especies de las que apenas se conocía nada antes", afirma Domingo.
La paleontóloga recuerda que en otras partes del mundo hay
yacimientos de carnívoros, aunque pertenecen a una época mucho más
reciente. "En concreto, del Pleistoceno (hace entre 45.000 y 4.000 años)
son muy conocidos los yacimientos de Rancho La Brea en Los Ángeles
(EEUU). También son muy abundantes los carnívoros (aunque menos que en
Batallones-1) aunque el mecanismo de formación fue diferente. En ese
caso no había cavidades, sino que quedaban atrapados en 'piscinas' o
depósitos de asfalto natural cuando iban a alimentarse de otros animales
que ya estaban atrapados por este lodazal viscoso. Es otro tipo de
trampa diferente al de Batallones-1", explica Domingo, que en la
actualidad trabaja con la doctora Catherine Badgley en el Museo de
Paleontología de la Universidad de Michigan.
"Estamos trabajando en la comparación de dos registros fósiles de
mamíferos muy buenos: el de la Península Ibérica y el del área de los
Siwaliks de Pakistán donde la doctora Badgley ha trabajado junto a un
equipo de la Universidad de Harvard y del Servicio Geológico de Pakistán
durante más de 30 años. Con estos estudios, pretendemos
entender un poco mejor las dinámicas de las faunas de mamíferos del
Mioceno y ver si los cambios climáticos del pasado afectaron a dicha
dinámica de originaciones, extinciones, diversidad, rango
geográfico, etc.", detalla la investigadora, que subraya que en la
Península Ibérica "tenemos un extraordinario registro de mamíferos".
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