Fuente: Jaqueline Fowks
www.elpais.com
El equipo trabajó en Pampa
Lechuza, 250 kilómetros al sur de Lima, y espera que el área del hallazgo sea
declarada Patrimonio Arqueológico de la Nación.
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Para los arqueólogos nacionales y extranjeros, el más importante taller lítico (de objetos de
piedra) de los antiguos peruanos se ubicó en Paiján, en la región La Libertad,
al norte de Perú.
Durante seis semanas, hasta finales de febrero, siete arqueólogos dirigidos por
Jalh Dulanto han hallado en el desierto de Paracas al sur del país, más de 150 puntas de proyectil
paijanenses de 9.000 a 12.000 años de antigüedad.
Dulanto
encabeza el equipo de arqueólogos de la Universidad Católica que investiga
Pampa Lechuza, 250 kilómetros al sur de Lima, en la región Ica. El investigador
indicó a EL PAÍS que han recolectado y registrado más de 20.000 objetos de
piedra, entre ellos herramientas de piedra tallada y desechos de talla,
manufacturados, usados y abandonados por recolectores y cazadores. "Los
primeros pobladores del antiguo Perú [vivieron] en una época en la que el desierto de Ica era menos árido".
El
arqueólogo refiere que las 150 puntas de proyectil de tradiciones norteñas y
sureñas fueron fabricadas con materiales locales (como pedernal), pero también
con otros procedentes de lugares que distan cientos de kilómetros. Ello
"sugiere que algunos de estos grupos tenían una alta movilidad o
participaban de redes de intercambio en un espacio que abarcaba el litoral del
océano Pacífico, los valles costeños y la sierra aledaña", añade. Los
otros responsables del hallazgo son los arqueólogos Isabel Aguirre, Luis
Condori, John Cruz, Adrián González, Alicia Martínez y Edison Mendoza.
El
director de Patrimonio Arqueológico Inmueble de Ica, Rubén García, explicó a EL
PAÍS que el arqueólogo francés Frederic Engel descubrió el sitio arqueológico
Pampa Lechuza en 1950, "y otros científicos investigaron los materiales
que halló en la superficie, pero no hubo excavaciones. En uno de sus libros
menciona las puntas Paiján, pero no desarrolló mucho el tema", señala por
teléfono desde Ica.
"Este
hallazgo es de singular importancia, por la antigüedad y arqueológicamente,
porque muy poca gente trabaja los periodos arcaico-temprano y lítico-temprano,
correspondientes a los primeros grupos humanos que vivieron en el
holoceno", añade García, quien se desempeña como arqueólogo en Ica desde
hace 20 años. Según García, en la región Ica, anualmente se desarrollan unos
seis proyectos de trabajo arqueológico. "Hay mucho todavía por
descubrir", remarca.
Además de
Engel, las puntas de lanza paijanenses encontradas en otros puntos de la costa
peruana han sido estudiadas previamente por arqueólogos como Duccio Bonavia,
Claude Chauchat y Elmo León. Dulanto afirma que el hallazgo de febrero confirma
las sospechas de Engel, Bonavia y Chauchat de que los pobladores de Paiján se
ubicaron en campamentos cercanos a Pampa Lechuza, que es hasta el momento el más
meridional.
La zona
del hallazgo de las 150 puntas de proyectil es parte de un complejo de sitios
arqueológicos conocido ahora como Paisaje Arqueológico Pampa Lechuza, cuyo
reconocimiento como Patrimonio Arqueológico de la Nación está en trámite en el
Ministerio de Cultura, con el fin de preservarlo de invasiones y daños.
El
arqueólogo Dulanto destaca que han requerido esfuerzos para proteger el Paisaje
Arqueológico de Cerro Lechuza, "ya que recientemente algunos de los sitios
que forman parte de este complejo han sido afectados por pobladores que han
usado maquinaria pesada para mover tierras, en un aparente intento de delimitar
terrenos", comenta en un boletín.
"Sin
palabras", escribió Dulanto en Facebook el 9 de febrero, cuando compartió la foto de una
punta intacta hecha de pedernal, de unos siete centímetros de largo. Las piezas
y flechas de la era arcaica pasarán en adelante al Museo Regional de Ica, luego
de haber sido analizadas para determinar si son herramientas o desechos de la
fabricación, y las técnicas con que fueron manufacturadas.
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