Fuente: www.abc.es
En 1958,
un joven albañil que trabajaba en los terrenos de la Real Sociedad de Tiro de
Pichón de Sevilla descubrió un brazalete de oro de 24 quilates con más de 2.000
años de antigüedad. Era una de las piezas que conformarían el Tesoro
del Carambolo, una de las joyas arqueológicas de Sevilla.
El
hallazgo siempre ha estado rodeado de un aura de misterio que ha suscitado el
interés de los investigadores. Se supone que el origen de este conjunto de
valor incalculable es fenicio. Sin embargo, había disparatadas teorías que
situaban el origen de estas piezas en la mítica Atlántida.
Ahora, un grupo de investigadores ha determinado que el oro de estas
piezas es de origen local y que, probablemente, fue extraído cerca de
Sevilla.
«Los
resultados sugieren que los orígenes del oro pueden no estar a miles de
kilómetros de distancia, en el Atlántico o en el Mediterráneo, sino en la misma
región», dice el estudio publicado en el «Journal of Archaeological Science».
Los
arqueólogos desacreditan así una teoría que siempre fue una locura: la conexión
del tesoro con la Atlántida. «Eso es una completa locura»,
afirmó a «National Geographic» Alicia Perea, arqueóloga y estudiosa del Tesoro
Carambolo . «Eso no tiene nada que ver con la arqueología o la investigación
científica».
Los
orígenes del tesoro, que contiene 21 piezas de adornos y joyas ornamentadas,
han sido ampliamente investigados en los últimos 60 años. Las principales
teorías sugieren que el fue hecho por los antiguos fenicios.
Recientemente,
un equipo de investigadores del Centro Nacional de Aceleradores, junto a
miembros de la Universidad de Sevilla y de la Universidad de Extremadura, han
estudiado 11 de las 21 piezas del tesoro con un nuevo sistema portátil de
microfluorescencia, que permite visualizar zonas muy pequeñas como los detalles
decorativos o las áreas de unión. Buscaban los métodos de soldadura y las
técnicas de manufactura para averiguar si las joyas habían sido producidas por
un orfebre o por varios, y aportar más información acerca de la posibilidad de
que el tesoro fuese realizado o bien por la población nativa o bien por
artesanos de la cultura oriental-fenicia.
«Fueron fabricadas
en un mismo taller donde colaboraban distintos artesanos procedentes de ámbitos
tecnológicos diferentes», afirmaron. «Tenen rasgos típicos tanto de la
tecnología atlántica como de la fenicia», concluyeron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario