Fuente: www.lavanguardia.com
Jordi Joan BañosLa mítica ciudad de la ‘Ilíada’ podría ser seis siglos más antigua de lo que se suponía: la primera Troya pasaría a ser la segunda.
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Murallas de Troya. Wikimedia commons |
Debajo de
los adoquines tal vez estuviera la playa. Pero bajo las ruinas de Troya, hay
siempre otra Troya. Y ya van diez. Ahora se ha desvelado que la mítica ciudad
de la Ilíada podría ser seis siglos más antigua de lo que se suponía. Así lo ha
afirmado esta semana Rüstem Aslan, director de excavaciones del yacimiento y
profesor de la vecina Universidad de Çanakkale, en Turquía.
Según sus declaraciones
a la agencia Demirören, recogidas por la prensa turca, el análisis de los
últimos hallazgos concluye la existencia de un asentamiento anterior claramente
diferenciado. “Hemos encontrado restos de cerámica y de vigas o trazas de
incendios datables hace cinco mil quinientos años. Es decir, seiscientos años
antes que Troya I. Y hemos decidido llamar a este estrato Troya 0”.
Hasta ahora,
la mayoría de arqueólogos concordaba en la existencia de diez Troyas sucesivas,
desde su fundación, hacia el 2.900 a.C., hasta el abandono definitivo de la
ciudad bizantina, hacia el 1300 d.C. Dicho de otro modo, Troya fue reconstruida
nueve veces sobre el mismo emplazamiento –y sus alrededores– después de ser
asolada por un terremoto, un incendio, una guerra u otra catástrofe.
Troya VIII,
por ejemplo, desapareció en el siglo I a.C. Su sucesora, la romana Troya IX,
pasó a llamarse Ilium. Mientras que la celebérrima recreada por Homero, la de
la guerra y el famoso caballo, sería Troya VII y sería mil años más antigua.
Troya I estaba considerada hasta ahora como la fundación de
la urbe. Sin embargo, según Aslan, la primera piedra de Troya fue colocada en
realidad hacia el 3.500 a.C.. “Aunque mi maestro y predecesor, M.O. Korfmann,
ya había localizado algunos de estos restos, el conjunto no había sido
analizado de forma apropiada”, explica Aslan, que lleva treinta años trabajando
a la sombra de Aquiles. “Y lo que me queda. En la etapa bizantina está todo por
hacer”, asegura a La Vanguardia.
La noticia salta tras el año de
Troya, celebrado en el 2018 para conmemorar los veinte años de su catalogación
como patrimonio de la humanidad por la Unesco. Pero lo más memorable fue la
apertura del Museo de Troya, a apenas un kilómetro de las ruinas. Un bellísimo
edificio contemporáneo que aspira a reunir in situ todos. Inaugurado
oficialmente en marzo, el museo abrió sus puertas en octubre. Además de la
colección del Museo de Çanakkale, ahora clausurado, cuenta con donaciones del
Museo de Arquelogía de Estambul, del de las Civilizaciones de Ankara y de una
colección estadounidense. Pero su ideal sería recuperar el llamado Tesoro de
Príamo –desenterrado por el alemán Heinrich Schliemann hace un siglo y medio–
que los soviéticos se llevaron a Moscú tras ocupar Berlín. Schliemann
fotografió a su esposa griega con dichas joyas, como si de la Helena de la
Ilíada se tratara. No obstante, estas serían datadas mil años antes de aquella
guerra de Troya, supuestamente desatada por la bella Helena.
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